lunes, 15 de marzo de 2010

A clase: Hoy, Marcus Miller


Al mismo tiempo que el bajo eléctrico iba ganando su espacio durante los 70, el groove y la profundidad de lo que tocaras era considerado inclusive más importante que la velocidad y la técnica. En los nightclubs de Harlem, esto era una forma de supervivencia. "Si querías tocar algo copado, te tenías que asegurar que fuera algo bien funky. Porque por más que usaras técnicas buenísimas, si no hacías algo profundo, espiritual, ibas a tener que responder algunas preguntas luego de tocar. Y estoy hablando de recibir patadas en el culo, a veces con cuchillos de por medio. Era bastante pesado".

Exquisita clínica de bajo de MM dictada en Berkley y sacada de acá.

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